lunes, 8 de julio de 2013

Una gran ciudad

Hoy he despertado en una gran ciudad.

Gran Vía. Madrid Blanco y Negro. DAlvarezM.

Es grande no sólo por su tamaño, sino también por su historia.
El calor ahora mismo es asfixiante, desearía un poco de aire acondicionado, ese sería el único motivo que me haría ir al trabajo.

Había olvidado lo temprano que se despierta la gente aquí, lo rápido que caminan, la velocidad de los coches, las imprudencias al volante y la impersonalidad del autobus. No sé si solo a mi me pasa, en mi ciudad pequeña, saludas al conductor, y te responde, aquí saludas, y se te queda mirando. Debe sonarle extraño el saludo, no sé.

Echo de menos la sensación de cercanía que tiene la naturaleza cuando estoy en la otra casa, aquí alrededor solo son autopistas, bloques de cemento, y al fondo, más autopistas. En mi otra ciudad, abres la ventana y ves un río, una montaña, una pequeña carretera, algunos coches, parece que salir al campo, es como salir a la compra, está todo muy cerca.

Porqué la gente de aquí me parece cansada, como "enrutinados" sé que no existe la palabra, pero están tan metidos en sus rutinas: horarios de autobuses, de trenes, de entrar, de salir, de comer, que no es que no me guste el orden, pero es como que aquí todo es menos flexible.

Tristemente, hoy pude ver a los ojos, sólo a un bebe que me hacía adios desde su cochecito, el resto de los pasajeros, estaban con el teléfono, el libro, la tablet, el reproductor, etc. atrapados en ello hasta que la voz que anuncia la próxima parada, los hace reaccionar
Me incluyo en eso de mirar el móvil, desde que me puse una línea de internet, cada momento que puedo miro el correo o el facebook o twitter, al ver a mi alrededor y ser consciente de ello, veo que estoy perdiendo  la oportunidad de hablar con el de alado, de sonreír a otro pasajero, o simplemente de mirar por la ventana, me dedico a leer apresuradamente cualquier mensaje, muchos no son para mi, son de los contactos o es publicidad, o cualquier otro que daría lo mismo  leerlo hoy que mañana, y aún así, la necesidad de verlo hace que deje todo lo demás.

Las tecnologías acercan a las personas distantes, y alejan a las personas cercanas, seré más consciente del tiempo que dedico a mirar el móvil, y empezaré a mirar, más allá de estas pantallas.



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