Buenas noches, primeramente decirles que me gustaría que
mis padres y hermano estuvieran aquí. Gracias a ellos, y sin duda, también a mi
terquedad y algo de suerte he podido dedicarme a ser médico y emprender un
largo viaje por tierras lejanas a mi patria.
El tiempo ha pasado y el 20 de mayo ha llegado.
Hoy, día de “nuestra despedida”,
echo de menos a Juan Pablo, que por motivos laborales no está aquí. a Carmen que tomó otro rumbo, José que nos acompañó poco tiempo. También, a
los adjuntos y enfermeras del Segovia I, el centro de salud donde he
estado y del Segovia III.
No ha sido un camino fácil, no han faltado tropiezos y
resbalones, y estos últimos meses momentos de incertidumbre y toma de
decisiones, aún así, no cambiaría ni un momento del tiempo que he pasado con
Uds.: mis co-Rs, mis "compis" del hospital, los adjuntos, las enfermeras, personal administrativo y todos los que han
contribuido en esta etapa de mi formación. Quiero aprovechar este momento, no
sé si es el más oportuno, pero no veo otro, para agradecer especialmente a
Serafín, por su tiempo, paciencia y buenos consejos, una buena parte de esto,
lo conseguí con Tu Ayuda, Gracias.
Quién diría que viviría en España, en Segovia. No niego
que el inicio es muy duro e incierto, pero reconozco que me he sentido muy
querida, cuidada y acogida por todos aquí. Me ha costado acostumbrarme a
“tutearles”, entender “segoviano”, y aprender alguna jerga, todo parte de mi
aprendizaje. Gracias.
He escrito este discurso, con unos pañuelos al lado,
lloro de emoción, que lo sepan. Estoy muy feliz por conseguir esta
especialidad, no me veo de otra cosa que no sea de médico de familia.
El camino sigue, no será fácil de aquí en adelante, pero
me siento preparada para afrontarlo, algunos no lo entenderán, otros no lo
valoraran, dudaré y muchas veces me equivocaré, sin embargo tengo maestros que
sabrán guiarme y si es necesario, enderezarme y hacerme volver al cauce.
Como dijo Mario Vargas Llosa “Al Perú yo lo llevo en las
entrañas porque en él nací, crecí, me formé, y viví aquellas experiencias de
niñez y juventud que modelaron mi personalidad, fraguaron mi vocación, y porque
allí amé, odié, gocé, sufrí y soñé”. Saben que en Cusco, en las montañas, tienen una casa, y
no es un decir, espero que sea una realidad y me visiten ahí.
No me despido, “siempre hay tiempo para unas penúltimas”,
todos los motivos son importantes y todos los lugares serán especiales.
Gracias nuevamente.
Querida Cecilia
ResponderEliminarTu actitud como mèdico ha sido fantàstica, tu dedicación, interès por aprender, disponibilidad, humanidad hacia los pacientes y amor por la profesión se mascaba en cada guardia que he tenido el placer de compartir contigo. Y como persona....Cecilia, eres un encanto!!!!
Te deseo lo mejor en tu futuro; ojalà puedas ejercer donde quieras (y no simplemente donde puedas) y ojalà te puedas sentir siempre agusto en este país que ahora es tambien el tuyo.
Un abrazo y enhorabuena a ti y a toda tu familia
Mónica Lalanda
Gracias Mónica: al iniciar el viaje a un país diferente, no sabes a quienes conocerás. Es un placer conocerte, enseñas mucho no sólo de medicina, sino de como tener opinión y poder mantenerla, el " pensar y cuestionar las situaciones". Gracias por mantener mi cabeza en funcionamiento todo el tiempo. Te aprecio mucho. Ceci
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